Entradas

Cuestión de color

Imagen
En los anales del baloncesto cohabitan cientos de historias de superación, valentía, y lucha con lo que a priori pareciera inamovible. La historia del baloncesto no puede contarse sin reparar en la estrecha relación que lo une de una forma muy simbólica a la comunidad negra. Según datos oficiales recogidos por la NBA, alrededor del 70% de los jugadores de la liga norteamericana son jugadores de color, teniendo el peso y el status del que no hace tanto carecían por completo. En 1950 eran años donde un tal Martin Luther King se animaba a luchar por la igualdad entre personas. Nuestro protagonista (Earl Lloyd) nunca se propuso defender los derechos de los negros, pero el baloncesto modificó sus planes y lo llevó a romper con un muro infranqueable. Lloyd, al ritmo del Cool Jazz de Miles Davis, marcó el precedente (del que luego se aprovecharían muchos otros) al ser el primer negro en debutar en la liga de baloncesto estadounidense, hasta ese momento coto privado exclusivo para los

Michael Jordan salió del barro

Imagen
Loss, Walter (1988) "Slam Dunk Contest" Sports Ilustrated Pat Riley soñó con la prestidigitación de Magic Johnson. Red Auerbach contó anillos con la presencia de Bill Russell. Phil Jackson disfrutó viendo cómo se contorneaba mientras volaba en el aire Michael Jordan, y así una larga retahíla de exitosos binomios donde el trabajo del entrenador quedaba reducido a cotas residuales en la influencia en el juego. Estos grandes jugadores les reservaban cada noche a sus respectivos entrenadores un asiento en la primera fila para ser meros espectadores de lujo.                                                                                                                            En una conferencia de entrenadores, Toni Carrillo (entrenador de minibasket en  Viladecans) cuyo turno de ponencia no había hecho nada más que comenzar, nos narró a los allí presentes, desde el escenario, una conversación que había mantenido recientemente con un entrenador que se encontraba en un equi

Un (delicado) castillo de naipes

Imagen
Existen momentos en la vida de toda persona que exigen toparse de bruces con la realidad. Ciertas ocasiones esa realidad supone superar de forma holgada las expectativas asentadas previamente, pero sin embargo, en la amplia mayoría de situaciones es menester “caer del burro”, poner los pies en la tierra y difuminar todo tipo de pensamiento brumoso cuya único aporte es la persistente confusión.                                                                   Rombach, R. (2013) "Calm before the Madness" Post-Gazzette. 18 de Marzo de 2013. Era septiembre. Finales del verano. En torno a mí se disponían de forma irregular alrededor de unos 20 niños y niñas, imberbes criaturas con edades en una horquilla de 7 a 11 años. Al más grande y al más pequeño de todos ellos les separaban 4 años. 4 años de d iferencia. La diferencia que supone haber nacido en una época de semi-bonanza económica los más mayores, o haber venido al mundo sumido en lo más profundo de la crisis finan

Primer día; ¿Qué podía salir mal?

En la sabiduría popular siempre se ha coincidido en que la natación es el deporte más completo, el más necesario y el más oportuno para los niños, y no seré yo quien desdiga lo que con el paso del tiempo se ha convertido casi en un mantra para el conjunto de la sociedad. Pero sí me parece necesario y oportuno recordar en este rinconcito, sin menospreciar a cualquier otra disciplina deportiva, lo agradecido que es el baloncesto con aquellos que lo practican: incrementa la coordinación, la rapidez de reflejos, aumenta las habilidades motrices y desarrolla la agilidad, entre tantas otras cosas. Pero me parece mucho más sustancial lo referido a los beneficios emocionales, sobre todo en niños y niñas tímidos e introvertidos, con dificultades para integrarse en un grupo, ya que fomenta al máximo exponente la cooperación y el compañerismo. En un pueblo hay 3 razones para querer practicar baloncesto: Un 50% de los que lo practican han probado el futbol como primera e inexorable opción y,